¿Qué significa Textus optimus?
Aparentemente, es una pregunta sencilla. No hay que saber latín para darse cuenta de que «textus» es «texto» y «optimus» es «óptimo». Pues sí, «Textus optimus» significa «(El) texto óptimo» aunque también sería válido traducirlo como «el mejor texto»; y de seguro sería esta una mejor traducción.
¿Pero eso por qué? Porque la lengua es así, adaptable y cambia de manera permanente. Optimus en latín era un modo de expresar el superlativo, es decir, el máximo grado de significación otorgado a una palabra. ¿No es lo mismo decir «bueno», «mejor» y «óptimo», cierto? Claro que no, hay una gradación en el significado. Sin embargo, en el español (y otras lenguas romances como el francés), el uso de palabras específicas para expresar el superlativo se expresa también con la fórmula «el más» o «el mejor». Por eso si pensamos que nuestra película favorita, preferimos decir «la mejor película» que «la película óptima», aunque en estricto sentido deberían significar lo mismo. Esto también nos explica porque no decimos en el español general «la película más mejor» o «la película más óptima». El uso de estas fórmulas refleja claramente que este significado de gradación se ha ido perdiendo con el tiempo.
«Óptimo» es lo que la filología conoce como un «cultismo», esto es, una palabra muy apegada a su raíz etimológica. Por tanto, cuando se toma un cultismo para representar una realidad, se está retomando un significado en el pasado para actualizarlo en el presente, no siempre equivalente completamente a lo que representaba en cierta etapa de la lengua a la que pertenece. Pues, aunque las palabras puedan permanecer, los seres humanos perecemos y nuestras representaciones de nuestra realidad permanecen y cambian a la vez.
Textus optimus es más que dos palabras, es una representación de lo que yo creo que es el lenguaje: un código de comunicación que refleja una cultura, y como tal, merece toda la atención de cualquier persona. Para mí, es una forma de pensar el mundo y comprender que en cada palabra que pronunciamos o escribimos existe un reflejo de lo que representamos como hablantes insertos en una sociedad que se comunica.
¿Y qué ocurre con textus? Esa historia es un tejido interesante que dejaremos para una próxima oportunidad. ¡No te la pierdas!